Como decía un empresario en una nota que vi en el programa Emprender en Patagonia (una persona mayor en cuyos gestos se denotaba un gran amor en lo que hacía), “uno debe querer y creer en lo que hace…”, y la verdad… tiene razón. Debemos aprender a confiar en nosotros mismos, y sobre todo en nuestra capacidad de emprender. Tiempos adversos siempre existieron y van a existir, pero no por eso debemos bajar los brazos y dejar de confiar en lo que emprendemos.
No puedo dejar de ver sin embargo, que muchas veces los emprendedores necesitan espacios donde trabajar su confianza, lugar donde pueden detectar las potencialidades que tienen para transformar su realidad o la de otros por ejemplo o simplemente un lugar donde juntarse con otras personas para ver qué hacer con estas ganas hacer y de ser. Por ello debemos generar espacios en los cuales se fomente la autorreflexión, espacio desde donde también se ayude a detectar en cada sujeto su propia capacidad propositiva y se de la contención a aquellas personas que “tienen ese fuego emprendedor” pero a las que todavía les falta creer en ello!
Conozco a muchas personas (ustedes seguramente también) que tienen un potencial enorme pero les falta creer en si mismos, en su capacidad de llevar adelante lo que decidan, personas que esperan a ver qué les toca “en suerte”.
Hoy nos encontramos con un grupo de personas que comulgamos estos temas dando los primeros pasos en una Asociación Civil. SI! Hemos conformado un espacio desde donde construir una realidad distinta, donde se puedan poner en marcha aquellos proyectos que mucha gente tilda de “imposibles” (incentivar la cultura emprendedora en la cárcel, por ejemplo, fue una idea que muchos creyeron imposible, y sin embargo hoy, podemos darnos el lujo de decir que no sólo estamos a punto de culminar un taller de emprendedorismo – tres veces por semana desde marzo-, sino que dicho taller será ahora llevado a cabo por el grupo al que nos abocamos hacia otras personas privadas de su libertad).
Nuestro objetivo central es revalorizar al sujeto emprendedor desmitificando esa idea de que sólo lo es quien “emprende” algo productivo (como si ser emprendedor fuese sólo una etapa en el camino a ser empresario). Por el contrario, creemos que el emprendedor – sin distinción de raza, sexo, credo ni edad -es un sujeto transformador. Por eso fue que construimos este espacio: porque queremos y creemos en lo que hacemos. Porque todos los días corroboramos que ser emprendedores está en nuestra naturaleza.
Etiquetas: Emprendedorismo
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